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El monstruo robot

Por Mateo

    Título: Franco I y el Dragón de Buckingham


Era el año 1940, y Gran Bretaña estaba en guerra. En el imponente Palacio de Buckingham, con sus majestuosos salones y pasillos, vivía un joven rey llamado Franco I. Tenía tan solo 11 años, pero el peso de la corona había caído sobre sus hombros después de la muerte repentina de su padre. Franco era un niño curioso, más interesado en los libros que en las reuniones oficiales, más atraído por las historias de valientes caballeros y criaturas míticas que por las cuestiones de estado.


Cuando no estaba recorriendo las interminables estancias del palacio, Franco se refugiaba en la enorme biblioteca del castillo, un lugar lleno de estanterías repletas de libros antiguos. Allí, leía todo tipo de historias: desde relatos sobre reyes antiguos y batallas épicas hasta libros de fantasía que hablaban de dragones y mundos lejanos. Su imaginación volaba más allá de los muros del palacio, aunque pronto descubriría que la aventura estaba mucho más cerca de lo que pensaba.


Mientras Franco se perdía en un libro sobre la antigua magia de las Islas Británicas, el rugido de las bombas alemanas resonó en el aire, sacudiendo las ventanas del palacio. El joven rey cerró su libro y se acercó a la ventana. Desde allí, podía ver las columnas de humo que se alzaban sobre Londres, producto de los intensos bombardeos. Los cielos de la ciudad ya no eran azules; eran grises y oscuros, cubiertos por las nubes de la guerra.


Pero Franco no temía. En lo más profundo del palacio, tenía un secreto que lo mantenía fuerte. En una secreta, oculto a la vista de todos, vivía Dragothar, un ser increíblemente poderoso, mitad dragón y mitad robot, que había sido creado siglos atrás por alquimistas y magos para proteger la familia real. Dragothar no solo era un guardián, sino también un protector leal de Franco. Su enorme cuerpo de escamas metálicas brillaba con un tono dorado, y sus alas, forjadas en acero y hierro, podían batir con tal fuerza que hacían temblar el suelo.


Cuando Franco era más pequeño, Dragothar lo había cuidado mientras su madre y su padre se ocupaban de los asuntos del reino. Aunque en un principio el dragón parecía una criatura aterradora, pronto Franco se dio cuenta de que no era un monstruo, sino un aliado fiel, que lo había protegido en secreto durante toda su vida.


"Dragothar", dijo Franco una tarde mientras paseaba por los pasillos del palacio, "¿cómo puedo hacer para proteger mi reino como lo hizo el rey Arturo? Quiero luchar por mi gente, pero no sé cómo."

El dragón, cuya voz retumbaba como un trueno, respondió con sabiduría. "El valor no viene de la espada ni del poder, joven rey. Viene de tu corazón y de tu determinación. Pero sí, necesitarás más que solo coraje para enfrentar lo que se avecina."


Aquel día, Franco comprendió que la verdadera guerra no solo se libraba en los campos de batalla. La lucha más grande era contra el mal que amenazaba a su pueblo, representado por el monstruo que había conquistado casi toda Europa: Adolf Hitler.

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La situación en Gran Bretaña era crítica. Los aviones alemanes atacaban sin cesar, y la población vivía bajo el miedo constante de los bombardeos. El gobierno británico había formado una resistencia, pero el enemigo era fuerte. Franco sabía que, como rey, debía hacer todo lo que estuviera a su alcance para defender su reino.


Una tarde, mientras se encontraba con sus consejeros en una sala del palacio, llegó la noticia más terrible: Hitler había lanzado un nuevo ataque masivo, con una flota de bombarderos lista para destruir el corazón de Londres. La amenaza era más grande que nunca. El joven rey, aunque lleno de miedo, se levantó con determinación.


"Debemos detenerlos, ¡debemos hacer algo!" exclamó Franco. "No podemos dejar que el mal destruya lo que hemos construido."


Con la ayuda de Dragothar, Franco ideó un plan audaz. Si bien los bombarderos alemanes eran una amenaza formidable, el dragón robot tenía un poder sin igual. Con su tecnología y magia antigua, Dragothar podría enfrentarse a los aviones enemigos y proteger la ciudad.


La noche del ataque, cuando los cielos se llenaron de aviones alemanes, Franco y Dragothar se dirigieron al techo del Palacio de Buckingham. Mientras los aviones nazis descendían sobre Londres, Franco observó cómo Dragothar se desplegaba en todo su esplendor. Sus alas metálicas batieron con fuerza, y sus ojos brillaron con una luz sobrenatural. Con un rugido que sacudió el aire, el dragón saltó hacia el cielo, derribando aviones enemigos con su aliento de fuego y destellos de energía robótica que desintegraban las aeronaves.


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Franco, desde el castillo, observaba con asombro cómo su protector luchaba valientemente. No podía hacer mucho más que dirigir la defensa desde el interior del palacio, pero sabía que su papel también era crucial: debía mantener la moral de su pueblo alta, inspirarles a luchar como él lo hacía.


Durante horas, el cielo sobre Londres fue un campo de batalla iluminado por el fuego y las explosiones. Dragothar estaba imparable, y poco a poco, la flota alemana comenzó a dispersarse. Cuando el último avión enemigo fue derribado, el dragón volvió a aterrizar en el tejado del palacio, agotado pero victorioso.


"Lo hemos logrado", dijo Dragothar con voz grave. "El cielo de Londres está a salvo, por ahora."


Franco, exhausto pero orgulloso, sonrió. "No lo hemos hecho solo, Dragothar. Hemos hecho esto juntos."


A partir de esa noche, el joven rey Franco I se convirtió en una leyenda. Aunque solo tenía 11 años, su valentía y su capacidad para liderar en tiempos de desesperación inspiraron a toda una nación. Junto a su protector Dragothar, quien seguía defendiendo el palacio y la ciudad, Franco demostró que incluso los más jóvenes pueden ser grandes líderes en tiempos de crisis.


Y así, mientras el mundo seguía luchando contra las sombras de la guerra, el niño rey y su dragón seguían luchando en silencio, protegiendo Gran Bretaña del mal que intentaba destruirla.


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Ellos dejaron toda su alma para defender a su país, con el dragón, el dragón derrumbo                              

                         

A todos los bombarderos, pero lo que no sabían es que avían MUCHOS pero MUCHOS MAS BOMBARDEROS. E-e-ll-ll-oos-¡NO SABIA QUE HACER! Estaban pensando asta que se les ocurrió, si querían defender a su país no solo su ejército tendría que luchar todos los ciudadanos de Gran Bretaña o aún mejor toda Inglaterra contra el villano mas grande del mundo ADOLF HITLER tendrían que pensarlo muy bien porque solo tenían UNA SOLA OPORTUNIDAD Franco no se lo podría creer ¡NOOOOOO! Exclamo franco, si solo tenemos una sola oportunidad tendría que pensarlo muy pero que muy, pero muuuyy bien, entonces llegaron a un acuerdo todos los ciudadanos sonaron muchas opciones como ¡QUE NOS DE MOS POR VENCIDOS! NOOOOOOO otra como ¿QUÉ LLEGUEMOS A UN TRANO CON HITLER? Digo uno con incomodidad. ¿Qué luchemos asta ganar? MMMMMMM ¡SSSIIII! ¡ES LA MEJOR IDEA DE MUNDO y así se prepararon todos junto con el ejército antes de irse a pelear franco estaba dando una vuelta u se en encontró a HITLER haciendo un plan con sus tropas, pero había tanta gente pero que tanta gente que estaba lleno el lugar, pero entonces termino la plática y salió de su oficina y iba vagando las escaleras y todos hicieron  el HAI HITLER .

 

 

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El ejército de Hitler iba a luchar asta ganar, pero lo que no sabían era que el ejército de gran bretaña y los pobladores iban a pelear y entonces se encontraron cara a cara ADOLF HITLER con ALFRED 1° querían llegar a un acuerdo, pero los bombarderos empezaron y entonces el ejército de Franco también

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y lo que nadie se esperaba el ejército de franco GANO y todo el pueblo salió a celebrar a las calles y como derrotaron a Hitler toda Europa estaba liberada tan solo por un niño de 11 años y así toda Europa lo recordaran por los siglos de los siglos. FIN

 

 

 

 


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